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tintero

Los que vivimos aquí.

Los que vivimos aquí. Ahí van otra vez, todos unidos, como si en verdad toda la vida lo hubieran estado, abrazados fingiéndose cariño y apoyo que parece sincero pero que al día de mañana ya lo habrán olvidado, unidos hoy por una causa común y que mañana seguramente será un problema jurídico. Ahí van nuevamente esas personas ajenas a este lugar de completa paz, que con sus llantos y lamentos irrumpen el silencio haciendo huecos en el aire que dejan entrar ese frío hostil lleno de recuerdos tristes y ganas de regresar nuevamente. Ahí van nuevamente todas esas personas que con una honda tristeza vienen solamente a saciar su morbo y enriquecer su diario personal con una nueva nota, a la cual poco a poco se le irá aumentando un nuevo renglón durante su largo viaje en dos o tres manzanas a la redonda hasta que no quede nada de la autentica.

Veo que también vienen los niños, que desentendidos de la causa sufren la consecuencia y lloran de verdad porque son niños; me alegra verlos con esa tristeza momentánea que gracias a su curiosidad e inquietud logran olvidar fácilmente, convirtiéndose así para ellos, en una prueba de dolor o en un futuro relato fantasmal.

¡Me sorprende cuanta gente lo quería!, y faltó la que no pudo venir hoy, pero ayer noche amenizó con chistes y viboreos la velada; seguramente tampoco pudo venir esa gente que hace que el dolor se olvide comiendo, quiza este preparando con su buen sazón la comida para chicos y grandes, conocidos y desconocidos que a su regreso seguramente morirán de hambre y olvidarán tragando todo lo que a su paso encuentren y les den. Faltaron también los que de tanto dolor amanecieron deshidratados y con dolor de cabeza de tanto llorar, esos tampoco pudieron venir hoy.

La que si no faltó fue Miss dolores, que entre poca ropa entallada, convierte la pena en sufrimiento para hombres y mujeres, los hombres sufren por no poderla consolar y las mujeres porque nadie las consuela a ellas.

Vienen también esas viejecitas que creen que con Dios van a estar, por el simple hecho de ser viejitas, rezar todo el día y oficiar el novenario, olvidando fácilmente todo el mal que hayan podido hacer cuando fuerza tuvieron, y sin saber que en realidad ese proceso es mas largo que la vida misma.

Los que vivimos aquí, sabemos de ese proceso y lo sabemos porque lo vemos día con día, en cada momento, en cada rincón de este lugar y lo sabemos porque son los mismos de siempre, que aún no se han ido siguen aquí entre nosotros.

Los que vivimos aquí, sabemos que la vida se les detiene en eternos lapsos sin conciencia, vegetantes y algunos otros tratando de adivinar lo que les esta sucediendo. Los que vivimos aquí, hasta a veces platicamos con ellos y los escuchamos sin lograr interpretar sus deseos; los que vivimos aquí ya no sentimos miedo, solo pena por ellos.

Yo por ejemplo lo sé, porque desde muy pequeño estoy aquí y ayudaba a mi padre haciendo el mantenimiento en este cementerio, pero ahora muchas veces platico con él y con sus amigos.

Tintero

10 comentarios

lunaaaaa -

Hermosa historia...¿que bien escribes!...........Saluditossssssssssssss.

Brisa -

Tintero, nada vengo a que me des el teléfono de tu jefe, hablaré con el seriamente si es quien te separa de nosotros, con mucho trabajo :)
Espero que estes bien, besitos.

Corazòn... -

¿Estás ocupadito? Se extrañan tus letras... Un besote!

;o)

Pieladentro -

Qué regreso, queirdo Bruno!!, el relato me ha gustado mucho...

Besos y un excelente inicio de semana!!

Pieladentro

Corazón... -

Un texto de miedo!!! Tinterillo, lo importante es que tu estás vivo... Esos lugares... estan llenos de magia, llenos de nostalgia, realmente no me gustan...
Sabes? Los que vivimos aquí sabemos q los que estan ahí... pues nunca se van... siguen por siempre en nuestro corazón y pensamiento!

Un beso enorme y bienvenido, se te extrañaba...

;o)

Lyzzie -

Hola TIntero!! Solo paso a saludar!! pronto volveré para leer ;)!

Brisa -

Vuelves y tú regreso me hace ilusión, pero tus letras, las que has vertido en nuestra mirada, no estoy segura de lo que quieren expresar, tú estas VIVO, y ellos, quizás también de hecho yo creo que también, en otra realidad, a otro nivel, decidiendo como regresan a continuar aprendiendo, y entre tanto, siguen viviendo cada uno en el corazón o en los corazones de los seres con quienes compartieron su camino. Tintero, sabes más o menos como pienso pq una vez ya comentamos algo sobre el tema, y creo que has de ser feliz a este lado junto a nosotros y algún día quien sabe, entonces ya tendrás tiempo de saber como se piensa. Besitos amigo, por si estas triste te regalo una sonrisa :)

Mauricio -

Gusto en verte cabron¡¡

me alegra que hayas decidido regresar a escribir en tu blog.
recibe un abrazo

NADA -

Impresionante tu relato, Tintero. Yo pienso que lo que queda en el cementerio, es sólo materia orgónica que se irá transformando, y seguramente con el tiempo cumplira una función. Los cementerios son, desde mi punto de vista, sólo eso...un lugar donde se dejan los restos mortales de las personas, pero lo que trasciende a la materia, esa energía que nos anima, vuelve al lugar de donde partió para elegir otro cuerpo, otro vehículo para vivir la experiencia que en las otras vidas no haya podido completar. Las personas queridas para mí que se fueron, están dentro de mi corazón para siempre, su recuerdo nunca muere. A veces digo que algo de los que amé permanece conmigo, me acopaña, puedo sentirlo...
Besitos :)

Olallinha -

No sé, soy una persona agnóstica que no sabe si hay algo más o no. Sólo sé que cuando tengo miedo o sufro desearía que hubiera alguien ahí arriba que nos protegiera.
Pero, al entrar en un lugar sagrado como puede ser un cementerio, los pelos se me ponen como escarpias. ¿Por qué? Sabe Dios, nunca mejor dicho.
Bonito el relato.
un besazo